Islandia: la magia de un destino único
Un destino de lujo no solo se define por la cantidad de hoteles cinco estrellas que tiene o los restaurantes Michelin que alberga. Muchas veces el lujo consiste precisamente en alejarse de lo convencional y descubrir algo nuevo, como es el caso de Islandia, un lugar que ha despertado un gran interés en los últimos años.
Islandia está situada en el medio del Atlántico Norte, y tanto su gente como su geografía están muy marcadas por su situación geográfica, clima y geología.
Con más de 130 volcanes, muchos de ellos activos, sus impresionante paisajes han sido escenarios de series de como “Game Of Thrones”, que ha ayudado a que un nuevo público conozca de Islandia.
Ciertamente es un destino único, donde probablemente el punto más fotografiado es La Laguna Azul. Contrario a lo que muchos creen, no es un fenómeno natural, sino el resultado de la salida de agua de una planta geotermal cercana.
Las aguas calentadas por una corriente de lava pasan por la planta, generan electricidad y calientan el agua del acueducto municipal, para luego desembocar en la laguna a una temperatura de 40ºC. Ricas en Sílice y Azufre, se dice que tienen propiedades de curación y bienestar. Aunque suene a tourist trap, es una experiencia única que no debe perderse.
Otras experiencias que se pueden disfrutar en Islandia son observar las Auroras Boreales en invierno, maravillarse con los espectaculares glaciares y cascadas o paseos para observar ballenas. Los amantes del hiking y los deportes extremos tienen un menú muy completo de opciones aquí: esquiar, hacer kayak, paseos en trineos o ATV, o visitar de cerca uno de sus volcanes activos.
Culturalmente, la herencia vikinga es dominante en gastronomía, arte, flora, fauna, e incluso el idioma local no ha cambiado en siglos desde que estos navegantes colonizaron la zona. Pero no hay de qué preocuparse, todos los locales hablan inglés.
Llegar a Islandia no es tan complicado como parece. Existen múltiples vuelos desde New York, Boston y otros puntos de la costa este de EE.UU., tomando el trayecto unas 5 horas de vuelo a Reykjavik, la capital. Y aunque hace frío en invierno, entre los meses de mayo y septiembre, la temperatura suele estar en los 15ºC o 20ºC, perfectamente manejable con abrigos ligeros.
Cabe destacar que Islandia es uno de los destinos que recientemente está abogando más abiertamente por limitar el número de visitantes que recibe, ya que buscan un turismo responsable que no deteriore sus atractivos naturales ni la calidad de vida de sus habitantes.
Esta es una tendencia que se está empezando a ver en otros puntos del planeta, e incluso en grandes ciudades como Barcelona, que recientemente prohibió la construcción de nuevos hoteles para frenar el crecimiento del turismo.
Siguiendo esta idea, Islandia no ha invertido mucho en infraestructura, carreteras ni señalización, a fin de no añadir “ruido” a las incomparables vistas y desincentivar un turismo en masa a bordo de enormes buses. Eso es un lujo que ellos han decidido darse.
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